Cuando manejamos de noche, necesitamos compensar la reducción de visibilidad.
Aquí una serie de tips para lograrlo y reducir riesgos:

1) Maneja más despacio de lo que lo haces durante las horas en que hay luz de día. Ajusta la velocidad del vehículo al rango de iluminación que permitan los faros delanteros.

2) Ajusta la distancia con relación al vehículo que vaya frente a ti en por lo menos 3 segundos.

Una manera de conocer ese tiempo, es por ejemplo tomar como referencia un poste por el que haya pasado el vehículo de adelante y comenzar a contar 1000, 1001, 1002, 1003... cada conteo será cercano a un segundo. Practícalo varias veces hasta que logres calcular la distancia segura sin tener que contar.

De día la recomendación es guardar una distancia equivalente a por lo menos 2 segundos entre autos.

3) Mantén los ojos en movimiento. Evita mirar directamente a áreas brillosas como serían los faros de otros autos. Mantén tu atención en las actividades que ocurren en la calle por la que circulas.

4) Asegúrate previamente que tanto los faros como el parabrisas se encuentran limpios.

5) Usa tus faros sabiamente. Activa las luces altas o largas cuando sea posible, como cuando manejas por una calle o avenida solitaria.

Pon las luces bajas al manejar en ciudad, cuando sigues vehículos o cuando viene otros en circulación contraria.

6) Evita manejar cerca de tu hora habitual de estar dormido. Tu nivel de alerta es menor en ese horario.

7) Deja para otro momento el uso de tu smartphone; el manejo nocturno requiere de toda nuestra concentración.